Menos dolor y mejor recuperación
El desarrollo vertiginoso de la ciencia en las últimas décadas ha generado un fenómeno que supera a veces nuestra capacidad de asombro. La medicina en sus distintas especialidades no ha sido ajena a este suceso, y en el caso de la cirugía ha incorporado nuevos conceptos que cambian radicalmente el enfoque de la cirugía tradicional.
Todos sabemos que al momento de realizar una operación, el cirujano necesita realizar una incisión para poder alcanzar el problema y resolverlo. El espacio necesario para trabajar “con la mayor seguridad posible” trajo aparejada la idea de que “a grandes cirujanos, grandes incisiones”. Esto significaba que era necesario “exponer lo suficiente” el área de trabajo para asegurar buenos resultados en la operación. Alcanzado el éxito de la cirugía, los problemas se centraban ahora en la recuperación, ya que una incisión grande implica mucho más dolor, más tiempo de recuperación y una demora considerable en el retorno a la actividad laboral.
Basados en la idea de generar el menor daño posible en el paciente, surgió el concepto de la Cirugía Mínimamente Invasiva, que implica el cambio de rumbo desde la cirugía tradicional “abierta” hacia la cirugía actual “cerrada”.
Esto ha sido posible gracias al desarrollo de la tecnología digital en imágenes. A través de incisiones pequeñas se introduce una cámara que ofrece al cirujano una visión amplificada y real de la cirugía, que le permite resolver con gran detalle el problema. Es por esto que, comparada con la cirugía convencional, esta técnica mejora notablemente los resultados a largo plazo. Además, el desarrollo de instrumental cada vez más pequeño nos permite realizar incisiones de dos a tres milímetros, con un resultado estético excelente.
Las ventajas de esta técnica se resumen en menor dolor, menores complicaciones en la herida, mayor confort para el paciente y corta estadía en el centro asistencial.
Las condiciones para que estos modernos procedimientos puedan realizarse en forma segura tienen que ver con la calidad profesional, determinada en la mayoría de los casos por la experiencia del cirujano en prestigiosos centros de formación del extranjero, y una infraestructura, equipamiento e instrumental adecuados para cada caso.
Es así como asistimos hoy a la posibilidad de resolver en forma segura a través de incisiones muy pequeñas, problemas habituales de distintas especialidades. A modo de ejemplo, afecciones de vesícula, hernias inguinales, quistes de ovario, varicocele, y hasta algunos casos de nódulos tiroideos pueden ser operados de este modo.
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